Costras sensibles es un proyecto artístico multidisciplinario centrado en el estudio fenomenológico de la vulnerabilidad, las sensaciones perdidas y lo herido. Su origen existe en la idea del desgaste y resistencia emocional usando la metáfora de costras hechas por la humedad del clima de Tabasco para evidenciar que toda materia sensible es vulnerable y contiene en sí misma esta facultad alterable a través del tiempo: se pudre, astilla o rompe tal cual las relaciones humanas.
Durante la investigación plástica y visual se interseccionaron diversas disciplinas artísticas tales como la gráfica, textiles, videoarte, paisaje sonoro y fotografía. La curaduría fue diseñada teniendo como hilo conductor la importancia de reconocerse expuesto como la materia orgánica que emana del mar pues es así como nos damos al encuentro con los otros: vulnerables y sensibles.
Este proyecto fue realizado con el auspició del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (FONCA), a través del programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Tabasco (PECDA), edición 2020-2021.
Todo comenzó un día de lluvia, con olor a musgo y sal.
Quise tapar el hueco de dónde brotaba la gotera pero la fuerza del momento me cubrió de arena hasta ser piedra.
El golpeteo del agua me hizo surcos, unos más profundos y otros más suaves, de los cuales brotaron costras de sal.
Capas de costras crecieron en mí, cuando decidí quitarme unas, la humedad regresó con nueva arena llena de conchas y metal.
¿Por qué más humedad?
¡Y yo que ya había tapado la gotera!
Pero la lluvia me abrazó con su secreto: deja a la gotera fluir y te lavará la sal de las costras.
Entonces comprendí que entre nosotros siempre estará la humedad de esta tierra
por qué somos materia siempre expuesta, vulnerable y sensible.